El 30% de las nuevas infecciones del VIH afectan a las mujeres
Ramón Sánchez Ocaña
Ramón Sánchez Ocaña
Las mujeres representan en la actualidad más de la mitad de los adultos afectados por el virus del sida. Suponen alrededor del 30% de todos los afectados y tienen una edad promedio de 35 años. Sin embargo, los datos epidemiológicos nos informan de que son ellas las que reciben menos atención tanto en la prevención como en el tratamiento. En otras palabras : también en esto se discrimina a la mujer y es el hombre el prioritario en el cuidado. En el congreso de la Sociedad Clínica Europea de SIDA (EACS), celebrado en Madrid, se puso de relieve que los estudios clínicos discriminan claramente a la mujer. De hecho, de los pacientes incluidos en la mayoría de ellos, sólo 2 de cada 10 son del género femenino. Además, no existen estudios destinados a analizar diferencias específicas de género respecto a eficacia o toxicidad de los fármacos. Cambia el perfil del pacienteLa disminución en el consumo de heroína, la inmigración, el mayor acceso de la mujer al mundo laboral y, posiblemente, la relajación en el uso del preservativo, son factores que han venido a cambiar el perfil del paciente VIH en España. Ya no se trata de un varón de 25 años, heroinómano y con frecuencia marginado socialmente. Hoy el 40% de los nuevos diagnósticos corresponde a varones homosexuales, el 45% a heterosexuales y sólo el 11% a usuarios de droga inyectada.La terapia antirretroviral ha convertido la infección por VIH en enfermedad crónica y la aspiración del paciente ya no es salvar su vida sino vivirla con la normalidad y calidad de una persona no infectada.Pero el cambio en las conductas de riesgo (sexo no seguro sustituye a droga inyectada) ha determinado que la mujer represente ya casi el 30% de las nuevas infecciones en España. En la mayoría de los casos estas mujeres quieren tener una buena apariencia física, ser madres y llevar una vida normal. Diferencias clínicasLa mujer infectada presenta una serie de peculiaridades respecto al varón que no han sido ni están siendo tenidas en cuenta como merecen. Aparte de todo lo que implican las características hormonales, la experiencia clínica ha documentado sobradamente las siguientes diferencias:* Las mujeres seropositivas registran tasas de depresión más altas que los hombres. * Tienen mayor riesgo de desarrollar alteraciones del tejido adiposo (lipodistrofia) relacionadas con el tratamiento antirretroviral: aumento de las mamas, pérdida de grasa en piernas y nalgas.* A cambio, presentan menores índices de hepatitis C, riesgo cardiovascular e hiperlipidemias .El manejo del VIH en general y la elección del tratamiento en particular pasan por alto con frecuencia estas peculiaridades, en perjuicio de la paciente seropositiva, si bien los datos indican que los especialistas van afinando cada vez más sus criterios, dando preferencia a los fármacos que mejor pueden adaptarse a las características femeninas.Aunque todavía las embarazadas con VIH no representan un grupo muy grande, su número va en aumento debido a la confianza que están adquiriendo las pacientes en los tratamientos y en su capacidad para planificar su vida a largo plazo.Hoy es claramente posible ser madre, aun estando infectada. Por fortuna, los criterios clínicos en el caso del embarazo gozan, en los países desarrollados, de un mayor rigor a la hora del tratamiento, tanto de la mujer como del recién nacido. Garantía para el fetoLa estadística demuestra que cuando una mujer está embarazada, la seguridad del feto condiciona la elección del régimen antirretroviral por parte de los clínicos, evitando aquellos medicamentos que puedan suponer un riesgo para el niño. Se ha dicho con razón que, aparte de haber conseguido cronificar la enfermedad, el éxito más importante logrado en la lucha contra el sida hasta el momento en los países desarrollados -y concretamente en España- ha sido reducir prácticamente al 0 la tasa de transmisión vertical, (de madre a hijo) que en 1994 se producía en 35 de cada 100 casos. Tratamiento discriminatorioUna situación que contrasta escandalosamente con la situación global en el resto del mundo, donde sólo el 9 por 100 de las embarazadas infectadas reciben tratamiento profiláctico para evitar la transmisión del VIH a su hijo.Sin embargo, los expertos siguen denunciando a día de hoy lagunas claras en el manejo del VIH en el colectivo español de infectadas por el VIH: no se ha modificado el porcentaje de mujeres con coinfección por virus de la hepatitis C (superior al 30 por 100), todavía más de una cuarta parte de las infectadas ignoran que lo están hasta que quedan embarazadas y casi 9 de cada 100 se enteran en el momento del parto, lo que limita las posibilidades de prevención de la transmisión, con el consiguiente riesgo de que se produzcan casos de contagio fetal o perinatal.Datos del mundoLos datos más sobresaliente que, a nivel mundial, describen la situación actual de la mujer y el niño con infección por VIH son los siguientes:· El 55% de los adultos infectados por VIH son mujeres.. El riesgo de infección por vía heterosexual es doble en la mujer que en el hombre.· Las mujeres con VIH están expuestas a graves complicaciones como infecciones vaginales recurrentes, enfermedad inflamatoria pélvica y cáncer de cervix por papillomavirus.Trasmisión vertical· Alrededor de 2 millones de mujeres con VIH resultan embarazadas anualmente en el mundo y en torno a un 30% de ellas transmiten el virus a sus bebés, según los datos que obran en poder de la Organización Mundial de la Salud.· Unos 2.000 niños nacen con VIH cada día y sólo el 2 por 100 tienen acceso a tratamiento eficaz.· El lactancia materna -especialmente en las primeras semanas de vida - ocasiona 300.000 nuevas infecciones anuales.· Sin tratamiento, en torno al 20% de los niños desarrollan enfermedad grave en el primer año de vida y mueren hacia los 4 años· No todos los fármacos antirretrovirales disponen de formulaciones adecuadas para el tratamiento del VIH en la población infantil.
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